11 de enero de 2014

Cuatro guardas jurados vigilan la seguridad exterior del centro penitenciario de A Lama

La implantación de vigilantes privados, iniciada en abril, se mantiene pese a las críticas
Dos turnos de dos trabajadores cada uno, pertenecientes a una empresa de seguridad privada llevan desde abril encargándose de la vigilancia del exterior del centro penitenciario de A Lama, en una experiencia en principio de prueba, pero que los sindicatos de prisiones ven ya como una medida tendente a consolidarse al haberse extendido a la mayoría de cárceles españolas.
La cárcel de A Lama fue de las primeras en utilizar vigilancia privada en el exterior.
La cárcel de A Lama fue de las primeras en utilizar vigilancia privada en el exterior.

La contratación de vigilantes privados comenzó en abril, una medida que provocó duras críticas no sólo por parte de los sindicatos de prisiones sino dentro de las fuerzas de Seguridad del Estado. Instituciones Penitenciarias, ante esas críticas, aseguró que era sólo una prueba de la que se haría una evaluación sin embargo el haber extendido esta medida recientemente a la mayoría de centros penitenciarios españoles ha causado cierto recelo entre quienes ven este proyecto como una forma más de privatizar servicios públicos.

En concreto, en A Lama, los empleados de la empresa de seguridad están siempre acompañados por agentes de la Guardia Civil, que son los que se encargan realmente, según fuentes sindicales, de la seguridad exterior. Entre sus funciones se encuentran las de abrir y cerrar el portón para pasar vehículos autorizados y situarse en la sala de monitores de cámaras del perímetro. Dos vigilantes estarían trabajando en turno de mañana-tarde y otros dos de tarde-noche.

A este respecto, desde el organismo de Interior encargado del proyecto no se ha ofrecido información sobre el balance de la experiencia en la cárcel de A Lama, uno de los centros que acoge miembros de ETA, dos de los cuales salieron hacen escasamente un mes por la anulación de la doctrina Parot.

Por su parte, la Unión de Guardia Civiles de Galicia ha mostrado una rotunda oposición a la “intrusión de la seguridad privada en todo lo que sea el servicio público”. Desde el colectivo se asegura que “las plantillas de agentes en general está descendiendo aceleradamente y en las prisiones igual . Desde la Dirección General no toman medidas para que esas bajas se cubran y por eso se da entrada a las empresas”. Además, añadenque “los vigilantes, reforzados por la nueva Ley de Seguridad, actuarán en determinados momentos como agentes policiales al servicio del empresario, carentes de formación policial, conocimientos legales y experiencia que no se adquiere con un curso de un mes”.