12 de enero de 2014

Prosegur se blinda en el exterior

El grupo aumenta en Australia y Alemania su talla multinacional

Diversifica actividades para paliar la caída del mercado español, pero reduce su resultado consolidado

Prosegur, que ha visto lastrados sus resultados en 2013 por la devaluación de algunas divisas latinoamericanas, por la mala situación en Europa y por unos onerosos cambios normativos en Brasil, aborda 2014 con cierto optimismo por la mejora del entorno económico y por el impulso, relativo pero importante a medio plazo, que para sus resultados en España va a suponer la entrada en vigor de una nueva ley de seguridad que amplía actividades y negocios a los que pueden acceder las empresas privadas del sector.
A lo largo de los últimos doce meses, señalan fuentes del grupo, “Prosegur ha centrado sus esfuerzos en consolidar las adquisiciones realizadas durante los ejercicios anteriores para reforzar su presencia en nuevos mercados y para asentar las bases de crecimiento en países estratégicos, como Alemania —donde es la única empresa de Logística de Valores con presencia en todo el país— o Brasil, un mercado que cuenta con gran potencia”. También en esta última etapa, la compañía ha emprendido la aventura asiática y ha realizado una emisión de bonos a cinco años de 500 millones de euros con el objetivo de garantizar su financiación en el futuro.
El grupo de seguridad, según sus últimos resultados publicados (los del tercer trimestre de 2013), incrementó su facturación en un 2% en los nueve primeros meses del citado ejercicio respecto a igual periodo de 2012, pero redujo casi en un 7% su beneficio neto consolidado que, sin embargo, mostró una tendencia de mejora (en el primer semestre su descenso fue del 11,8% y en el primer trimestre del 18%).
La empresa, sin embargo, ha solventado bien la travesía de la crisis. En los cinco ejercicios cerrados previos a 2013 ha registrado un incremento de casi el 80% en sus ingresos gracias a una estrategia que combina el crecimiento orgánico e inorgánico con un dinámico desarrollo de planes de internacionalización destinados a la consolidación y diversificación del negocio.

Vitaminas del Gobierno

Prosegur no quiere adelantar estimaciones sobre la posible repercusión en sus cuentas de la Ley de Seguridad Privada que tramitan las Cortes, pese a que el ministro del Interior ha reconocido que dicha norma está pensada también, entre otros objetivos, para que las firmas de seguridad privada tengan más negocio.
La ley en proyecto permite a los vigilantes privados desarrollar algunas funciones, como la custodia en prisiones (que ya se lleva a cabo en un plan piloto), atribuidas hasta ahora a policías, guardias civiles y agentes municipales.
El secretario general de la patronal Aproser, a la que está afiliada Prosegur, Eduardo Cobas, ha admitido también en declaraciones a Efe que aunque la norma no es un bálsamo que cure las heridas de un sector que ha visto caer un 20% sus ventas desde 2008, si puede ser un pequeño remedio que impulse su recuperación. El deterioro de los últimos años, explica, se ha debido a la caída de la contratación privada, que supone el 22% de la actividad, y sobre todo al recorte de la contratación pública, que implica el 78% restante.
Prosegur, en todo caso, va a insistir en su estrategia de crecimiento sostenible y en su apuesta por la innovación en el desarrollo de servicios que ofrezcan “soluciones integrales de seguridad adaptadas a las necesidades de cada negocio”. Este enfoque, dicen, es la base del éxito de Prosegur.
Objetivos que en gran medida ya ha alcanzado. Así, el 60% del total de sus ventas en los nueve primeros meses de 2013 las aportaron sus compañías y negocios en Latinoamérica, que siguen creciendo a ritmos de casi un 5%, mientras que sus cifras de facturación en el mercado doméstico cayeron un 6,6% y aportaron menos del 22% a las totales del grupo.
Su diversificación de actividades también queda patente en estas cuentas: el 46% de su facturación procede de actividades relativas a servicios de vigilancia; el 43% de sus servicios de logística de valores y gestión de efectivo; y el 11% a ventas de tecnología.
Prosegur, que en 2011 y 2012 llevó a cabo unas 21 adquisiciones de compañías con una inversión de unos 520 millones de euros, se ha hecho en el pasado ejercicio con dos filiales de la estadounidense Brink’s en Alemania, que desarrollan servicios de logística de valores y gestión de efectivo, con un volumen de facturación de unos 47 millones y un millar de empleados.
También ha comprado recientemente Chubb Security Services, el segundo operador de logística y gestión de efectivo de Australia —88 millones de euros de facturación, 26 delegaciones y 1.000 empleados— por 95 millones de euros, incluida la deuda de la compañía adquirida, para lo que ha suscrito un crédito sindicado a medio plazo de 46 millones.
Prosegur dice que siempre busca oportunidades de crecer en empresas que ofrezcan sinergias relevantes y una plataforma superior para el desarrollo.
La otra cara de estas adquisiciones, sin embargo, es un crecimiento de los gastos financieros derivado del endeudamiento y un resultado neto más débil.
La agencia de calificación crediticia Axesor ha otorgado a Prosegur la nota BBB (grado de inversión) con tendencia estable.
“La continuidad en su expansión internacional y su eficiencia operativa han intensificado la generación de ingresos y efectivo. Con el crecimiento de la actividad debe hacer frente a los dos créditos sindicados firmados en 2012, que supusieron un incremento de la deuda del 83%, así como la emisión de bonos realizada en el primer trimestre de 2013, observándose cierta concentración de pagos entre 2013 y 2015”, expone la agencia española de calificación.
“Lejos de reducir su posición deudora, esta ha aumentado un 4% en el presente ejercicio por la emisión de bonos de 500 millones de euros realizada a comienzos de año, parte de la cual se ha destinado a amortizar deuda que vencía antes de 2015”, agrega Axesor.
La agencia subraya, empero, que “no se plantean dudas” sobre la capacidad de Prosegur para hacer frente “a sus compromisos, pues la proporción de deuda no es preocupante y cumple con todos los covenants impuestos por los acreedores, lo que le otorga una adecuada flexibilidad financiera”.
En sus resultados de septiembre, previos a la adquisición del operador australiano, Prosegur hacía hincapié en el éxito de su política de generación de caja para hacer frente al crecimiento futuro. Así, en los nueve primeros meses de 2013, la compañía logró un ratio de conversión en caja del beneficio antes de impuestos del 169%. Además, en este periodo, la deuda neta se situó en 613 millones de euros, lo que representa un recorte de 61 millones respecto al 31 de diciembre de 2012.
Los analistas que siguen la evolución del grupo, que salió a Bolsa en 1987 y que a finales de 2013 obtuvo máximos históricos al negociarse su acción por encima de cinco euros, se muestran en general positivos respecto a sus últimas adquisiciones. El banco suizo UBS, que elevaró en noviembre su precio objetivo para Prosegur, espera una mejora en “la previsión de crecimiento” de la compañía en 2014, tras “un complicado 2013”, con una subida de márgenes en España, un alza en los ingresos y en el beneficio por acción, y una mejora reseñable del “flujo de caja”.
Prosegur, que cuenta con 50.000 profesionales repartidos en 17 países de cuatro continentes, seguirá centrándose en los próximos meses, según fuentes de la empresa, en mejorar su rentabilidad, reforzar su política de generación de caja para hacer frente al crecimiento futuro, consolidar su presencia en Latinoamérica y expandir el negocio en la región de Asia-Pacífico después de la incorporación de Australia a la actividad de la compañía.
En el grupo enfatizan en su convicción de que el liderazgo al que aspiran “debe ser integral —económico y financiero, pero también social—”. La compañía, a través de la Fundación Prosegur, desarrolla proyectos educativos, de integración social y laboral de discapacitados y de voluntariado corporativo.
Una buena imagen que contrasta sin embargo con otra menos amable derivada de las quejas sindicales contra su política laboral en países de Latinoamérica.