15 de abril de 2015

Hipermercados y tiendas pierden más de 740.000 euros al año por hurtos y robos

Los delincuentes utilizan bolsos forrados y alicates para no hacer saltar las alarmas
Una veintena de cámaras vigilan el interior y el exterior del hipermercado E.Leclerc. Una veintena de cámaras vigilan el interior y el exterior del hipermercado E.Leclerc. Luis Ángel Tejedor
No hay oleadas, pero sí goteos. Las superficies comerciales de Soria pierden más de 740.000 euros al año por hurtos menores que, a menudo, no superan los 400 euros, cantidad que separa delitos y faltas. Aunque "ya no hay tantos como antes", Camaretas y E.Leclerc registran hasta una docena cada semana. La seguridad ha aumentado, pero también lo ha hecho la picaresca. Los hay que utilizan bolsas forradas con papel de aluminio para no ser detectados, una técnica que ya no pasa inadvertida para cámaras y vigilantes de seguridad. Se sustraen, sobre todo, bebidas alcohólicas, perfumes, embutidos y "pequeñas prendas".
Las pérdidas por hurtos no detectados representan entre el 1% y el 2% de la facturación de los grandes almacenes, una cantidad "asumible" que, no obstante, trae de cabeza a muchos comerciantes, ya que, a la larga, "supone mucho dinero". Los ladrones suelen pertenecer a bandas organizadas instaladas "en regiones fronterizas", aunque también los hay que actúan "por impulso" en solitario. Algunos visten "mallas ajustadas" para camuflar su botín. Otros, menos delicados, utilizan tenazas "para romper prendas y alarmas".
Félix Sanz, gerente del centro comercial Camaretas, asegura que estos delincuentes "suelen ser profesionales". Las instalaciones cuentan con 34 cámaras de seguridad, lectores de matrícula y vigilancia privada, pero cada año se sustraen entre 300.000 y 600.000 euros de los aproximadamente 30 millones que se facturan. Ellos detectan "entre tres y cuatro hurtos por semana". "Aumentan, sobre todo, en Navidad y en rebajas", apuntó. La semana pasada, la Sala nº1 del Juzgado de Lo Penal condenó a un varón de 29 años a seis meses de prisión y al pago de una indemnización de 100 euros por un delito de hurto cometido en Camaretas en febrero de 2013. El acusado, identificado como O. P. S., utilizó una bolsa forrada con papel de aluminio para robar en "Bershka, Sprinter, Inside y Cortefiel". La dirección del centro también pilló ‘in fraganti’ a un grupo de jóvenes que sustrajo prendas por valor de 5.000 euros en H&M "en tres días consecutivos".
El hipermercado E.Leclerc tampoco escapa de los hurtos. La dirección tiene en plantilla a un guardia de seguridad "las 24 horas del día". Cuenta, además, con una veintena de cámaras que cubren "interior y exterior". Su directora, Pili Antolín, afirma que toda sustracción, por pequeña que sea, se pone en conocimiento de la Policía. Los hombres, confirma una de las vigilantes de E.Leclerc, tienden a robar útiles de mecánica. Ellas, por su parte, prefieren "ropa y productos de belleza". Los intentos no suelen ir acompañados de violencia. Cada cual, no obstante, reacciona de una forma al ser ‘cazado’. "Los hay que lo niegan todo y tratan de escaparse. En estos casos, solemos acompañarles a una habitación y les invitamos a vaciar sus bolsillos. Otros, por el contrario, lo reconocen a la primera. Siempre tratamos de suavizarlo", dijo.
El hipermercado detecta cada semana entre tres y ocho hurtos. Descubrir a los infractores no siempre es fácil, ya que camuflan los productos en "gabardinas con doble fondo" o "debajo de la ropa". Algunos, no obstante, son "viejos conocidos" de la casa. Las multas hacen que la mayoría ‘recapacite’ antes de reincidir, pero muchos "no se presentan a juicio" y "vuelven a robar" al poco tiempo.
Los comerciantes insisten en que "Soria es una ciudad tranquila" y afirman que, con las cifras en la mano, este no es el mayor de sus problemas. Los robos no solo afectan a grandes superficies, también, aunque en menor medida, a discobares y mercadillos, donde suelen actuar los carteristas. Hace dos años, en el que se instala cada jueves en la capital hubo que reforzar la presencia policial y colocar carteles alertando a la población, ya que los hurtos de carteras y teléfonos móviles eran "sistemáticos". Este problema, común a mercados y grandes superficies de toda España, no puede erradicarse fácilmente. La situación, no obstante, parece ahora mucho más controlada.