9 de julio de 2015

Una nueva fuga y un motín en clase, "las peores 24 horas del año" en Sograndio

Un menor que se había autolesionado huye de las Urgencias del HUCA, y horas después varios internos arrojan herramientas a un monitor
Un menor ensangrentado, fruto de las heridas en la cabeza que se produjo a base de darse golpes en la pared del aula de aislamiento del centro penal de Sograndio, se fugó del servicio de Urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) justo antes de ser atendido el martes por la noche. Unas horas más tarde, ya de mañana, un grupo de compañeros protagonizó un motín en el taller de mecánica "para protestar" por la expulsión de clase de otro chico que iba directo a las odiadas cuatro paredes de la cámara de castigo. Fueron "las peores 24 horas del año" vividas en el centro de menores y que vienen a agravar la inseguridad del edificio, lleno de niños y adolescentes con problemas de conducta, según fuentes de la asociación de vigilantes de seguridad, Avispa.
La Policía Nacional y un educador trasladaron al menor fugado al HUCA ante la gravedad de sus lesiones, que le hicieron sangrar por la cara y el cuero cabelludo. El chico aprovechó un descuido de sus acompañantes en plena sala de espera de Urgencias para escaparse herido y descalzo.
Los menores amotinados al día siguiente se subieron a un altillo del taller de mecánica justo después de una expulsión y comenzaron a lanzar objetos contundentes de hierro y herramientas de trabajo. No hubo heridos, pero según los representantes del servicio de seguridad, "se vivieron escenas de tensión".
Tres menores se han fugado del centro de Sograndio desde abril y permanecen en paradero desconocido. La primera huida fue en abril, cuando dos internos que ya habían cumplido la mayoría de edad se descolgaron de sus habitaciones atando sábanas. Uno de ellos fue detenido días más tarde, pero del otro no se tienen noticias. La segunda escapada ocurrió un mes después. Un chaval de 17 años que cumplía medidas de internamiento por un delito trepó por la valla de seguridad sin necesidad de anudar sábanas. El menor, de origen magrebí, aprovechó el taller de mecánica que se imparte los viernes para moverse a la unidad terapéutica y desde ahí alcanzar la valla y saltar al exterior. Además, ya había logrado escaparse anteriormente durante un permiso.