16 de noviembre de 2015

Profesionalización y normativa, claves para el auge del sector de los drones

1º:La UNIA y EL MUNDO celebran el Foro de Experto en Drones, dentro del Máster en desarrollo de Sistemas Aéreos No Tripulados
2º:El reto investigador es lograr que los vehículos navegen sin GPS
Los sistemas aéreos no tripulados, conocidos popularmente como drones, se han convertido en un sector con amplísimas posibilidades. Una tecnología, que está abriendo un interesante abanico de opciones de negocio en los últimos años y a cuyo carro quieren sumarse expertos y neófitos al calor de prometedores y lucrativos beneficios.
El desarrollo de esta tecnología se está implementado de forma tan fulgurante que cuestiones fundamentales como la profesionalización o la de un adecuado marco normativo que garantice la seguridad y la protección de los ciudadanos se plantean de manera simultánea al diseño de aplicaciones y nuevos servicios. Y es que las posibilidades de esta nueva herramienta son infinitas y pueden ser de gran utilidad en campos tan diversos como la agricultura, la gestión de desastres naturales o las pruebas periciales en el ámbito judicial.
Son los expertos en el sector de este tipo de naves los que deben abordar las distintas aristas de una tecnología que en muchas ocasiones salta a los medios de comunicación únicamente como una amenaza a la privacidad o como motivo de un chascarrillo o anécdota, como la que protagonizara recientemente el cantante Enrique Iglesias, al lesionarse mientras trataba de coger con la mano uno de estos drones durante un concierto.
Por ello, la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) ha reunido a un nutrido grupo de duchos en la materia en el Foro de Experto en Drones celebrado en su sede de La Cartuja, en el marco del Máster en desarrollo y experimentación de Sistemas Aéreos No Tripulados que imparte la institución.

Modas
El rector de la Universidad Internacional de Andalucía, Eugenio Domínguez Vilches, hizo las veces de anfitrión de un debate moderado por el director de EL MUNDO de Andalucía, Rafael Porras, en el que participaron como colaboradores la Universidad de Sevilla, la Pablo de Olavide, la Universidad de Córdoba o el Centro de Vuelos Experimentales.
«Determinados elementos se ponen de moda, todo el mundo habla de ellos pero casi nadie entiende realmente», lamentó Domínguez al inicio del foro, a propósito de la fiebre despertada alrededor de esta nueva tecnología. «Los vehículos no tripulados son tan antiguos como la propia aviación», dijo y recordó que los primeros modelos de prueba se hacían sin pilotos. «En los últimos años se ha desarrollado una tecnología para que estos vehículos puedan ser muy productivos», reconoció y animó al resto de ponentes a plantear las alternativas de uso de los drones.
«La formación es nuestra obligación, la experimentación previa en la investigación y en el desarrollo de la tecnología y una prueba de ello es este máster», comenzó Aníbal Ollero. El catedrático y director del Grupo de Robótica y Visión de Control de la Universidad de Sevilla, así como asesor del Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales FADA-CATEC, rememoró los primeros pasos de la investigación en los años 90, colaborando con proyectos europeos en el desarrollo de nueva tecnología, a los que siguió el refuerzo de CATEC, "que desde un punto de vista académico es el centro que tiene más actividad de Europa por número de proyectos sobre aviones no tripulados».

Navegar sin GPS
Los retos en el campo de la investigación ahora están enfocados a lograr, según dijo, que estos vehículos naveguen sin GPS, así como en convertirlos en verdaderos robots aéreos. «Trabajamos en tecnología para que puedan montar una antena en un lugar inaccesible o tomar muestras en zonas de riesgo», puso como ejemplo. «Tenemos la tecnología que podemos transferir a empresas, en primer lugar, locales y, después, internacionales, porque el objetivo es generar ese entorno de desarrollo para empresas aquí», siguió.
En este sentido, Joaquín Rodríguez Grau planteó hasta quince posibilidades de uso de los drones en los que trabajan en FADA-CATEC. El también presidente del Clúster Aeroespacial de Andalucía, Hélice, apuntó el mapeo en 2D y 3D mediante imágenes aéreas, servicios en el sector agrícola para la toma de decisiones de precisión; revisión de grandes infraestructuras como palas autogeneradoras, para analizar posibles impactos y recomendar su mantenimiento; la inspección de ferrocarriles para la detección de obstáculos; seguimiento de objetivos en movimiento; localización para búsqueda y rescate de personas; estudio de animales protegidos; análisis de incendios forestales para localizar el fuego o monitorizar la temperatura; vuelos de interior en edificios siniestrados; aterrizajes en plataformas en movimiento; y mejoras en la orientación sin GPS para el atraque de barcos, por ejemplo.
«El mensaje que debe calar en la población es que los drones son una herramienta nueva y como tal requiere de una normativa para su uso industrial», aseveró.
María Jesús Guerrero intervino para arrojar un poco de luz en este aspecto. La profesora titular de Derecho Mercantil de la Universidad Pablo de Olavide es vocal de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil y ha participado como experta en grupos de trabajo en la Organización de Aviación Civil Internacional y en Eurocontrol.
«Tenemos que conseguir que puedan volar en un espacio aéreo no segregado. Es una situación casi de urgencia. En estos momentos, tenemos una ley de 2014 transitoria, a la espera del Real Decreto que esperemos que se publique antes de que acabe 2015», afirmó Guerrero, que planteó dudas sobre la responsabilidad civil cuando se utilizan este tipo de vehículos.
«Existen situaciones en las que se hace utilización indebida que pueden suponer infracciones de carácter administrativo por invasión del espacio aéreo o violaciones de las normas de privacidad y el seguro obligatorio no las cubrirá», reveló.
Y es que «estos vehículos están siendo equiparados a los que son tripulados. Por eso, va a ser necesario regular y retocar las normas que tenemos para adaptarnos a esta nueva realidad», confirmó.
Julio González García, catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Complutense de Madrid, apuntó por su parte la necesidad de abordar el dominio público radioeléctrico, ya que «el tipo de frecuencia también está en discusión. Esto es lo que nos permitirá hacer uso de estos vehículos evitando interferencias para que sean vuelos pacíficos», comentó.

Regulación del sector
Por su parte, Patricia Márquez Lobillo, Profesora y Doctora de Derecho Mercantil de la Universidad de Málaga, insistió de nuevo en la necesidad de plantear el debate de la regulación del sector «para establecer los límites que permitan proteger los datos personales», dijo. «Necesitamos un marco específico que controle el ámbito público, porque en este momento ya hay un efecto paralizante en los ciudadanos, que no saben cómo actuar ante un dron».
Amadino Pereira, licenciado en Derecho por la Complutense de Madrid, fundador y director del despacho colectivo de Abogados Xurisgal y promotor de la creación de la Cátedra RK Drones de la Universidad de Vigo, junto con la Escuela de Informática y la Facultad de Derecho de la Universidad de Vigo, remarcó que «no se está entendiendo la transversalidad del fenómeno dron» y apuntó sus posibles aplicaciones «en el mundo de la pericial/judicial, creando escenarios texturizados y tridimensionales para llevarlos a la sala de un juicio», afirmó. «Las start ups no van a estar en torno al dron, sino en la tecnología aplicada para los distintos servicios. Ahí hay un nicho de mercado muy importante».
Al hilo de esto, Alfonso García-Ferrer Porras, profesor titular del Departamento de Ingeniería Gráfica y Geomática en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes de la Universidad de Córdoba, responsable de numerosos proyectos con organismos públicos y provados, reconoció que «ahora mismo lo que más nos preocupa en el campo de las aplicaciones es la seguridad para poder trabajar con tranquilidad y con la certeza de que no lo hacemos al margen de la ley».
En este mismo sentido habló Joaquín Rebollo González, comandante de la Guardia Civil destinado en el Gabinete de Coordinación y Estudios, dentro del Área de Seguridad Ciudadana y Operaciones y miembro permanente del Comité Nacional de Seguridad para la Aviación Civil. Rebollo volvió a reiterar la necesidad de que se publique ese nuevo Real Decreto, que tildó de «muy complejo porque no sólo afecta a la seguridad privada, sino también a la pública».
Y es que planteó las lagunas actuales para afrontar posibles amenazas de estos vehículos en actos públicos y ante autoridades. «Necesitamos ser capaces de identificar estas naves y neutralizarlas sin que se produzcan daños colaterales», aseveró.
José Domínguez León, profesor tutor de Historia Contemporánea de la UNED, que ha impartido cursos sobre criminalística, problemas emergentes en seguridad, paz y conflictos y supervivencia, remarcó de nuevo las posibilidades que se abren en este campo. «En materia de seguridad, tenemos que pensar con mente criminal para poder adelantarnos a los malos», afirmó.

Protección
En este sentido, Rosa Arnaldo, presidente de la Comisión de investigación de Accidentes e Incidentes Graves de Aviación Civil, ahondó en la «necesidad de crear estrategias de protección». Así, recordó que «en aviación el ratio de accidentes es muy bajo y esto hay que mantenerlo» con estos nuevos vehículos. De ahí, la vocación permanente de investigación de los sucesos que se producen a fin de evitar que se vuelvan a repetir. «Los accidentes de drones deben investigarse siempre. Pero no estamos preparados», reconoció. Por eso, hizo un llamamiento al «sentido práctico para el uso proporcional de los medios que tenemos».
En cuanto al papel de los medios de comunicación en este campo, el director de EL MUNDO de Andalucía, Rafael Porras, abordó la necesidad de delimitar el uso que se hace de ellos para informar, en estos momentos, poco desarrollado en España, así como el tratamiento que se da a las informaciones sobre el sector y, en este sentido, marcó como un reto para los profesionales «la divulgación de información rigurosa y de utilidad para que la gente conozca las posibilidades del uso de esta tecnología».
Manuel Oñate, presidente de la Asociación Española de RPAS, quiso cerrar el debate con una nueva defensa del sector y de sus posibilidades. «En los últimos años, hemos visto como campos tradicionales, como la telefonía, se han resistido al cambio. En la aviación también ha sucedido. Sin embargo, las aplicaciones de esta tecnología son infinitas. Y a pesar del miedo a lo desconocido, estamos asistiendo a la digitalización de la aviación, que va a generar grandes oportunidades de negocio», concluyó.

De la agricultura a los desastres naturales
Los expertos convinieron en reconocer la efervescencia de un sector en torno al que están surgiendo todo tipo de aplicaciones posibles en los campos más dispares. Así lo confirmó Joaquín Rodríguez Grau, que desgranó algunas de las funciones que están desarrollando en el Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales para los drones. El mapeo en 2D y 3D mediante imágenes aéreas que puede utilizarse en entornos complejos como las minas; servicios en el sector agrícola para la toma de decisiones de precisión como qué zonas deben regarse y con qué frecuencia en un viñedo; la revisión de grandes infraestructuras como palas autogeneradoras de instalaciones eólicas, para analizar posibles impactos y recomendar su mantenimiento; la inspección de ferrocarriles para la detección de obstáculos y su posterior retirada o de viaductos de difícil acceso; el seguimiento de objetivos en movimiento, útil para perseguir a vehículos que superen el límite de velocidad por la carretera; la localización en expediciones de búsqueda y rescate de personas en zonas de montaña simplemente con que tengan el móvil encendido; o el estudio de animales protegidos sin interferir en su hábitat son algunas de las opciones en las que se trabaja. Otra de las áreas con mayor proyección es la actuación en catástrofes naturales o siniestros. José Domínguez, que puso como ejemplo las posibilidades que podría ofrecer en la gestión de un edificio en llamas, señaló que «nuestra misión será proponer demandas en el campo de la seguridad que los técnicos puedan resolver». Precisamente, en CATEC también trabajan en el análisis de incendios forestales para localizar el fuego o monitorizar la temperatura por zonas; así como en vuelos de interior para poder entrar en edificios siniestrados. Igualmente, se buscan aplicaciones para aterrizajes en plataformas en movimiento y mejoras en la orientación sin GPS para el atraque de barcos. Otro sector igualmente interesante en el que podría desarrollarse tecnología vinculada a los drones es el ámbito judicial. De esta forma, Amadino Pereira apuntó sus posibles aplicaciones «en el mundo de la pericial/judicial, creando escenarios texturizados y tridimensionales para llevarlos a la sala de un juicio».