30 de julio de 2013

Los robos más frecuentes en los comercios

La táctica del «chicle» es uno de los engaños más habituales, aunque los delitos en establecimientos comerciales han descendido un 7,7%

Los delitos y faltas cometidos en establecimientos comerciales han descendido un 7,7% desde el año 2008 y representan un 10% del total de infracciones cometidas en 2012. A pesar de ello, la Policía Nacional ha puesto en marcha esta semana una campaña especialpara reforzar la seguridad en el pequeño comercio, un sector que da empleo a alrededor de dos millones de personas y que representa el 12% del total de la economía española.

El «Plan Comercio Seguro», que los secretarios de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, y de Comercio, Jaime García-Legaz, presentaron esta semana junto con el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, pondrá en circulación entre los comerciantes 1.000 ejemplares de la «Guía de comercio seguro», un documento que recoge distintas medidas de seguridad a tener en cuenta en el pequeño comercio, las infracciones más comunes y pasos a dar en caso de ser víctima de un delito.

Según esta guía, el procedimiento del «chicle» es una de las tácticas más habituales que los delincuentes ponen en práctica para hurtar en los pequeños comercios. Se da sobre todo en joyerías y consiste en que «el delincuente pega un chicle bajo el mostrador y, cuando le muestran las piezas, hurta una y la pega en el chicle. Si el trabajador se percata, el delincuente niega haberlo hecho y no se puede proceder en su contra. Si el trabajador no se percata, posteriormente un cómplice recoge la pieza pegada al chicle».

A su vez, el hurto con el procedimiento del «capote» consiste en que «uno de los delincuentes hace salir de detrás del mostrador y con una bolsa de grandes dimensiones o similar le obstruye la visión, momento que el otro delincuente aprovecha para acceder a la parte posterior del mostrador y sustraer dinero u objetos».

Bolsas de aluminio
Los delincuentes también se sirven de bolsas recubiertas de aluminio para evitar el funcionamiento de los chips de seguridad o de la típica técnica de la «mancha», una modalidad de hurto que requiere actuar en grupo y que consiste en distraer al comerciante derramándole líquido encima; mientras uno de los delincuentes se ofrece a ayudarle, el resto aprovecha la distracción para robar.

En la «Guía de comercio seguro», la Policía también elabora un cuestionario para que el propio comerciante evalúe si cuenta con las medidas de seguridad adecuadas para prevenir los hurtos y los robos. Además, el documento incluye todo tipo de recomendaciones a los comerciantes que se refieren al pago con billetes o monedas, al cambio de códigos de barras o al cajero bloqueado o manipulado. También se habla del «phishing», el «carding» o la venta fraudulenta de productos y servicios a través de Internet.